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Síntomas de la Ansiedad: Intolerancia al ruido

Sufrir de ansiedad es una de las situaciones más desafiantes que una persona puede experimentar. Lo cierto es que se trata de un sentimiento de temor e inquietud, que puede llegar a incapacitar a quienes lo padecen. De cierta manera, se interpone en la realización de las actividades personales. 

Pero, lo cierto es que la ansiedad no tiene una manera única de manifestarse. Aun cuando sus síntomas pueden ser evidentes, dependerán de las personas y de sus experiencias individuales, la gravedad y la frecuencia que tendrán. Así mismo, del tipo de síntoma que puedan presentar. 

Por ejemplo, algunas personas pueden experimentar ansiedad como una sensación de nerviosismo o inquietud. Existen otra clase de personas en las que prevalece las sensaciones de pánico o terror. Mientras que otros experimentan ansiedad a través de síntomas físicos, como sudoración, taquicardia o temblores.

Se puede decir entonces que, la forma en que una persona experimenta la ansiedad es única para ella. Por esta razón es muy importante recordar que la ansiedad no es una debilidad, sino una respuesta normal al estrés. Pero conocer sus síntomas puede hacer la diferencia entre la incapacidad y la superación de la ansiedad. 

Intolerancia al ruido 

Son pocas las personas que vinculan la intolerancia al ruido con la ansiedad, aun cuando se trata de uno de los síntomas que se presentan en los episodios más graves. De hecho, las personas que sufren de ansiedad suelen ser muy sensibles a los sonidos, en comparación con aquellas que no han tenido un episodio de este tipo. 

Pero, como síntoma, puede manifestarse de diferentes maneras. Por ejemplo, ciertas personas pueden sentirse incómodas debido a ruidos cotidianos, como el tráfico, las conversaciones o los sonidos de la televisión. Otras, en cambio, pueden ser más sensibles a sonidos específicos, como el masticar, el tragar o el chasquido de los dedos.

Existen casos en los que la intolerancia al ruido, como síntoma de la ansiedad, es tan grave que la persona evite situaciones o lugares donde pueda estar expuesta a ruidos. Y esto inevitablemente puede llevarlo a entorpecer su calidad de vida y en consecuencia al propio aislamiento social. 

Es importante aclarar que la intolerancia al ruido, siendo uno de los síntomas más comunes de la ansiedad, se manifiesta de manera distinta en cada persona. Algunas pueden llegar a experimentar una respuesta negativa intensa a cualquier sonido, pero otras solo se ven afectadas a los ruidos fuertes, repentinos o repetitivos. 

¿Por qué la intolerancia al ruido es un síntoma de la ansiedad?

La intolerancia al ruido es un síntoma de la ansiedad, pues las personas con esta condición suelen ser mucho más sensibles a los sonidos, en comparación con aquellas que no sufren de ansiedad. Y esto se debe a la combinación de ciertos factores como: 

La hiperactividad del sistema nervioso

Cuando una persona tiene ansiedad, su sistema nervioso se encuentra en estado de alerta total. Básicamente, es un mecanismo de defensa natural que tiene el cuerpo para defenderse ante estímulos externos. En consecuencia, las personas con ansiedad pueden ser más sensibles a los estímulos, incluyendo los sonidos.

La interpretación de los sonidos como amenazas 

Otra de las razones por las que se puede presentar la intolerancia al ruido, como síntoma de la ansiedad, es debido a la interpretación como amenazas. Incluso si no existe peligro alguno, se puede provocar una respuesta de lucha, huida o miedo. Como consecuencia, las personas con ansiedad aumentan su frecuencia cardíaca, sudoración y tensión muscular.

Es fundamental que las personas con ansiedad sean conscientes de que la intolerancia al ruido es un síntoma común de su condición. Si has experimentado este síntoma tan frecuente, es importante que contactes con profesionales de la salud mental, con el objetivo de obtener ayuda. 

Si la intolerancia al ruido es un síntoma de tu ansiedad, con el apoyo de especialistas podrás desarrollar estrategias para controlarlo. No puedes permitir que te debilite hasta el punto de dificultar tus actividades cotidianas, como el trabajo, tus relaciones, el estudio o tu vida diaria. 



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