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¿Qué es la violencia económica?

La violencia económica se define como cualquier comportamiento destinado a ejercer control y poder sobre la situación financiera de otra persona, menoscabando su capacidad para acceder, utilizar y mantener recursos económicos. Esta forma de violencia, aunque menos visible que otras, deja cicatrices profundas y duraderas en las víctimas.

La violencia económica se manifiesta en diversas formas, cada una de estas forma,  logra debilitar a la víctima desde el punto de vista financiero y emocional. Estos tipos incluyen el control económico, el aislamiento económico, la explotación económica y los daños económicos.

Es crucial reconocer que la violencia económica a menudo se entrelaza con la violencia de género.

Las mujeres son desproporcionadamente afectadas, encontrándose atrapadas en un ciclo de dependencia financiera y control coercitivo. La violencia económica no solo perpetúa la desigualdad de género, sino que también sirve como un mecanismo de poder para mantener a las víctimas en una posición vulnerable.

¿Cuándo estamos en presencia de violencia económica?

La violencia económica implica los siguientes aspectos:

Control Económico

Una forma insidiosa de violencia económica es el control financiero, que puede manifestarse de diversas maneras. Limitar el acceso a los recursos económicos es una táctica común, donde el agresor restringe el acceso de la víctima a cuentas bancarias, tarjetas de crédito o incluso al salario propio.

Obligar a la víctima a trabajar o pedir dinero, o destruir y esconder objetos personales, son métodos que con el tiempo terminan socavando la independencia financiera y emocional de la persona afectada.

Aislamiento económico

El aislamiento económico busca cortar los lazos de la víctima con el mundo exterior. Prohibir o limitar el contacto con otras personas, apoderarse de los instrumentos financieros y no permitir que la víctima trabaje o estudie son tácticas utilizadas para mantener un control absoluto sobre la vida económica y social de la persona afectada.

Explotación económica

La explotación económica implica el uso manipulador de los recursos financieros de la víctima. Obligar a trabajar sin remuneración, robar pertenencias o utilizar el dinero de la víctima para beneficio propio son tácticas que perpetúan la dependencia y debilitan la autonomía financiera.

Daños económicos

Los daños económicos van más allá de la simple privación de recursos. Implican la destrucción o daño deliberado de objetos personales, la falta de pago de gastos básicos como comida o vivienda, y la acumulación de deudas en nombre de la víctima. Estos actos buscan desestabilizar aún más la situación financiera y emocional de la persona afectada.

La violencia económica no solo deja secuelas financieras, sino que también tiene profundas implicaciones emocionales y físicas. Las víctimas enfrentan consecuencias devastadoras que van desde la pérdida de la autoestima hasta el aislamiento social y la dependencia perpetua.

¿Qué hacer frente a la violencia económica?

Es fundamental comprender que la violencia económica no es solo un problema financiero, sino una violación de los derechos fundamentales de una persona.

Las secuelas de la violencia económica son diversas. Desde el deterioro de la salud mental hasta la pérdida de la autonomía financiera, las víctimas enfrentan una batalla para lograr recuperarse. El estigma y la falta de conciencia pública a menudo dificultan la búsqueda de ayuda y su recuperación.

Es esencial destacar la importancia de los recursos disponibles para las víctimas de violencia económica. Organizaciones y servicios especializados ofrecen apoyo emocional, asesoramiento financiero y asistencia legal. Fomentar la conciencia pública sobre estos recursos y eliminar el estigma asociado es fundamental para empoderar a las víctimas y romper el ciclo de violencia.

En todo caso, abordar la violencia económica requiere un esfuerzo colectivo para cambiar percepciones, promover la igualdad de género y proporcionar recursos adecuados. Solo mediante la educación y la solidaridad podemos esperar erradicar esta forma de violencia y construir un futuro donde la autonomía y la seguridad financiera sean derechos inalienables para todos.

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